El concepto que subyace tras la palabra perfume hacía referencia,
en tiempos muy antiguos, a la sustancia aromática que desprendía un humo
fragante al ser quemado. Es probable que los primeros perfumes o aromas hayan
surgido, por casualidad, con el descubrimiento del fuego y su capacidad
alquímica para transformar la materia, en este caso las resinas propias de
hierbas y maderas, en sustancias soporíferas capaz de emitir un olor.
En la actualidad hablar de perfumes es hacer referencia a aromas
agradables, que nos traen bellos recuerdos o que usamos para seducir y que, de
alguna manera, focalizan nuestras emociones en pos de un objetivo placentero. El
perfume al igual que la comida o el sexo, nos entregan placer y nuestro cerebro
reacciona a esto activando dopamina que nos relaja y nos predispone a
sensaciones agradables, es decir, cuando lo pasamos bien somos más felices.
¿Pero qué sucede cuando un perfume nos hiere, cuando su aroma nos desagrada o
cuando no entendemos su estructura olfativa?¿Por qué un aroma debe ser
agradable u oler bien?¿Somos capaces de aceptar un aroma que nos molesta o nos
hace sentir incómodos…?

Los perfumes animálicos están agrupados, generalmente, dentro de dos
grandes familias aromáticas: los perfumes chypre, una familia caracterizada por
acuerdos de cítricos, flores y musgo de roble y también, los orientales
florales, con fuerte presencia de especies y maderas. Almizcle, algalia,
castoreo o ambar gris, son algunos de los ingredientes más usados en perfumería
desde la Edad Media con el objetivo ulterior de fijar la volatibilidad de la
fragancia y de paso darle profundidad, fuerza y misterio.
Hay muchos ejemplos de fragancias de la época clásica de la
perfumería (entre 1890 a 1990) que poseen dentro de sus fórmulas estos
ingredientes y, la gran mayoría de ellas, que fueron éxitos durante su época de
lanzamiento, hoy son consideradas políticamente incorrectas o absolutamente
demodé. Algunos de estos perfumes han quedado en el olvido del descontinuo y de
paso, se han vuelto en obsesiones de coleccionistas, otros han caído en las
tijeras de la reformulación que han aireado sus notas, cambiando sus fórmulas y
sus ingredientes animales por otros sintéticos que les permitan existir al
código de censura al que nos somete la IFRA. Sea como sea, son especiales y
únicos…y solo algunas personas son capaces de llevarlos.
Ejemplos de buenos animálicos que podemos encontrar hoy,
reformulados pero no tan desastrosamente, son: Anteus de Chanel, Paloma Picasso
(revisado el post anterior), Diva de
Ungaro (revisado hace un par de meses), Joop Femme (revisado en las vainillas
sucias) e Ysatis de Givenchy (revisado hace
algún tiempo), son claros representantes de que el cambio en el ingrediente
natural por uno artificial ha permitido la sobrevivencia del perfume pero
pagando en profundidad, voluptuosidad y desde luego estela.
A continuación revisaré tres perfumes con una fuerte carga animal,
dos de ellos se pueden encontrar reformulados y el tercero ha quedado en el
olvido: Rumba de Balenciaga y Lapidus, Animale de Animale y La nuit de Paco
Rabanne.
Rumba de Balenciaga y de paso un guiño al “nuevo” firmado por Ted
Lapidus.
Año de lanzamiento: 1989
Creador: Jean Claude Ellena
Estado: Reformulado, pero muy bien, como la mayoría de los
productos Ted Lapidus.
Principales notas (o a qué huele en mi): metálico y ácido.
Aldehídos y frutas maduras; toques de miel, cuero, almizcle y sudor.
Usos: especiales y nocturnos, no es un perfume de diario (no creo
que alguien o su entorno sea capaz de aguantarlo)
Sentimientos que provoca: sentimientos encontrados, pesadez,
pasión desatada. Es un aroma desconcertante.
Duración y estela: gigantes, posee más estela que Opium o Jungle.
Rumba es una bomba de “aldehídos” (que no posee), unido a una
ciruela negra, madura y profunda; notas animales, flores potentes y miel. No es
un perfume fácil de llevar y mucho menos por aquellas personas que gustan de
fragancias diáfanas o confitadas.
Es dulce pero no desde la perspectiva contemporánea, las frutas de
Rumba son maduras, pulposas y con un toque ligeramente vinagre y licoroso. Es
curioso, pero esta fragancia siempre me ha dejado una sensación al aroma
alcohólico de la sidra de manzana o de uva, un dulzor un poco ácido y con dejos
metálicos y polvosos, tan típicos de los aldehídos de los setenta.
Rumba fue lanzado a fines de los ochenta pero perfectamente podría
ser una diosa que acompañe los aromas potentes de principios de esa época,
puesto que su aroma es hiriente, desconcertante y esta lleno de matices que
rayan en la putrefacción aromática. Huele a animal a sudor y a cuero…si tuviese
más vainilla, humo y menos vinagre sería un perfecto sustituto para Shalimar de
Guerlain.
Luego del impacto inicial,
la ciruela y las frutas se
mezclan con clavel y algunos toques vegetales verdes, como a tallo de planta,
matizadas con musgo de roble que le dan un aspecto mohoso y ligeramente
metálico, todo esto rodeado por miel desde el principio hasta bien avanzada su estructura
olfativa. Hacia el final el aroma va decantando en almizcle y un tono pesado y punzante,
entre dulce, ácido y ligeramente sudoroso, ¿tal vez, el ámbar gris?; toques de
cuero y flores blancas con una fuerte carga indólica. En este punto el perfume
adquiere un aspecto a bestia desordenada, animal y sexualmente ambigua. Como
todo gran clásico, totalmente unisex.
Tengo la suerte de poseer las dos versiones para poder comparar y
doy fe que mi nariz se detiene en el sentido ocre y “avinagrado” de la versión
Balenciaga por sobre la adición de miel y clavel del jugo de Lapidus. Ambas
poseen un excelente sillage y una duración monstruosa pero, si debemos hacer un
paralelo entre ambas, la versión Lapidus (que dicho sea de paso es más clara)
posee más aire entre sus notas y su sensación de salida es menos potente…en
todo lo demás no hay diferencia sustancial.
Animale de Animale perfumes.
Año de lanzamiento: 1987
Creador: no he encontrado datos de su creador.
Estado: reformulado. No he tenido la posibilidad de comparar con
una muestra vintage pero, debido a su estructura olfativa, es impensable que no
haya sufrido adaptaciones.
Principales notas (o a que huele en mi): civeta, miel y musgo de
roble.
Usos: cuando se quiera impactar, especialmente nocturnos.
Sentimientos que provoca: consternación, lo amas y lo odias a la
vez. Es un monstruo gigante que te deja completamente fuera de control.
Duración y sillage: potentes.
Civeta con musgo de roble, es decir, orina de gato y tierra húmeda
mohosa no parace la combinación perfecta para un perfume y menos para uno que
formó parte del bagaje perfumero de este maniaco de los aromas. Animale es un
símbolo de los ochenta, una oda perfumada y putrefacta al maravilloso y también
nada amable Paloma Picasso, de hecho muchos usuarios los comparan; para mi,
Animale fue y será la interpretación económica de Paloma.
A qué huele: difícil describir un perfume antiguo y más aquellos
lanzados en los gloriosos ochenta; una época golosa para la perfumería,
caracterizada por monstruos olorosos y poco amables con el entorno….ahhhh, los
ochenta! (suspiro profundo de quién suscribe) cómo volver a la época en el que
el perfume anunciaba al usuario varios metros antes de entrar en una
habitación.
La apertura de esta bestia
son flores antiguas con aspecto de un apretado bouquet: claveles amargos
teñidos con trazos metálicos y astringentes, casi aldehídicos, luego rosas al
estilo de Diva de Ungaro, un poco
polvosas y pesadas, algo de miel y puntos vegetales profundamente verdes; un poco
dulce en el fondo y con un dejo amargo que se queda en la garganta por un buen
tiempo.
Hacia el final de su estructura olfativa la civeta con musgo de
roble endulzado con miel lo tapan todo y construyen una fragancia dulce,
potente, atrayente y montuna que va dejando su estela a sexo y sudor, a
ostentación y extravagancia. Quizás hoy huela extremadamente antiguo y
apabullante y tal vez, un poco vulgar, pero ahí radica su gracia y se fundamenta
su valor infinito pues es tan diferente en su irreverencia y audacia, que
escupe en la cara de las narices que quieren oler a algodón de azúcar.
Al final la civeta se rinde a la preponderancia del musgo y deja
el paso libre a maderas dulces y flores
cremosas y suaves: ligeramente oriental y paradójicamente amable.
Es un animal de los de antes, descaradamente unisex, aunque hoy
puede que huela más sintético de lo que recordaba.
La nuit de Paco Rabanne.
Año de lanzamiento: 1985
Creador: Pierre Wargnye
Estado: descontinuado.
Principales notas (o a qué huele en mi):
Usos:
Sentimientos que provoca:
Duración y sillage:
Una obsesión o un hobbie comienza con la necesidad ontológica de
conocer más y más sobre el objeto u objetos de nuestro afecto. Empezamos en
silencio, observando nuestro alrededor y como niños que comienzan a dar sus
primeros pasos, nos movemos maravillados y desconcertados en un universo
nuevo…cuando vamos más allá de esto, nos transformamos en descubridores de
sensaciones que no conocíamos y, por un instante, podemos observar, cuan Marco
Polo, los misterios que se extienden ante nuestros ojos…o narices. De ahí un
paso a volverse adictos…como yo.

En mi caso el gusto por los perfumes ha sido herencia familiar
traspasada por vía materna; mi bisabuela amaba Aprés midi de Monix para su uso
diario y L´air du temps para los momentos especiales, mi abuela, de quién he
hablado en muchos post, será recordada siempre por Ysatis, Opium o Ferré y mi
madre…bueno, mi ecléctica madre, se somete a los gustos de las fragancias que
yo le regalo y que son muchas; aunque
para mi su piel huele a una mezcla de L´acquarossa y Rumeur 2 rose, definitivamente
dulce, delicada y exquisita…
Bueno a lo que iba con estos devaneos de la memoria es que en las
aficiones uno pasa de ser un descubridor a ser un adicto y en esas tareas se
conecta con otros adictos que sienten lo mismo que uno. Dios los cría y el
Diablo los junta dice el refrán, yo prefiero pensar que el amor por las
fragancias nos hace hermanos y nos ayuda a entendernos entre
nosotros…habitantes de este mundo efímero y sensual.
Conocí esta fragancia por un hermano de perfumes, un coleccionista
de fragancias vintage que se ha transformado en mi dealer surtidor de aromas
narcóticos imposibles de conseguir (por cierto los vende a muy buen precio;
quién desee el dato se puede contactar conmigo) y en un envío me cedió esta
fragancia con el siguiente mensaje: “siéntete libre de tirarla o estrellarla
contra el piso”, paradójico pensé, pero no lo hice, en parte por que la amé
apenas la olí y en parte debido a que no soportaría vivir en una casa que
oliera mucho tiempo a semejante animal…así es La Nuit.

Cómo describir algo que no pueden oler… es un poco Diva de Ungaro,
algo de Paloma Picasso y Animale adicionado con One Man Show y todos los
perfumes con acuerdos animálicos y cuero que se puedan imaginar. Es más sucio
que el antiguo Kouros, según palabras del amigo que me lo cedió, yo no lo puedo afirmar pues solo he olido la versión actual;
lo que sí sostengo es que a su lado Secretions magnifiques es una película
Pixar.
La Nuit es una bomba dulce, sexy, sucia, asquerosamente picante y
por lo mismo, una de las creaciones más fabulosas que he olido en vida. Soy de
aromas incorrectos, de usar cosas que muy pocas personas usan hoy y menos un
hombre y, pese a todo esto, La nuit me hizo temerle; no sé si tendré la
personalidad para vestirlo, pero es maravilloso olerlo en la piel, en
soledad…alejado de la sociedad que me puede rechazar al olerlo en mi.
Apertura de hierbas verdes, sabia vegetal, aroma de tallos
cortados con tintes de rosa y geranio que traen recuerdos a Rumba y a Diva,
pues las flores del inicio son muy similares en dichas fragancias; y luego
toques de miel que "acolchonan" suavemente la bomba de algalia que lo
llena todo de principio a fin. La nota de cuero no hace más que realzar las
características sucias de este perfume animal que aturde todo y a todos a su
alrededor. Fue la primera fragancia que olí tras una potente rinitis alérgica
que me tuvo sin olfato dos meses y debo confesar que sentir su aroma fue como
perder la inocencia: una experiencia inolvidable.
No hay nada cítrico, suave o fresco en el; en ningún momento da un
respiro a los sentidos, se siente dentro del cerebro, punzando y metiéndose en
cada célula del cuerpo. Es un "monstruo grande y pisa fuerte", tal
vez tanto que aturde.
Prometo usarlo una de estas noches y ver que sucede a mi alrededor.