Revisión de los perfumes emblemáticos de la marca y su comparación entre fórmulas vintage y las actuales.
Por un viaje hacia el pasado, al cual asistí este fin de semana, he
estado revisando algunos perfumes que me han tocado en algún momento de mi vida y
que, producto de la vorágine del trabajo y las obligaciones que vienen de la
mano de la independencia económica, olvide en algún lugar. Crecer duele, pero
más duele recordar cosas hermosas que se tenían olvidadas o que se han perdido y, como la vida se auto equilibra, el corazón se llena de alegría al tenerlas nuevamente pero a la vez, lamenta haber desperdiciado tanto tiempo sin
ellas...
Hay veces que me gustaría haber nacido antes y así, comenzar con
mi colección hace muchos años, cuando aún se encontraban joyas olfativas sin
reformular...pero como dice mi madre: no hay que llorar sobre la leche
derramada, porque no hay otra solución que limpiar la mancha.
Cacharel es una de las marcas de perfumes que tenía olvidada y que, al igual
que muchas otras, forma parte del bagaje perfumístico de todo coleccionista que
se aprecie de tal. Esta casa de modas francesa, posee varias joyas aromáticas y
una colección variopinta de fragancias que una que otra polémica han generado.
La casa posee una virtud que la hacen merecedora de un lugar
importante en el mundo de la perfumería
y es que, todas sus fragancias, por lo menos hasta Amor amor, han
buscado trascender en sus familias olfativas y crear aromas novedosos y de
vanguardia que no siempre son del gusto del gran público. Podemos dividir la historia aromática de Cacharel en dos periodos:
desde sus inicios con Anaïs anaïs hasta los primeros años del 2000 con Nemo,
Gloria o Liberté (estos últimos descontinuados y, lamentablemente, nunca los pude conocer) y una segunda, caracterisada por una serie de frescos aromas ni muy
dulces, ni muy ácidos, ni muy florales, ni muy frutales, ni muy… etc, etc, etc...me refiero a
los mil y un flankers de Amor amor y Noa, a Promese y a Scarlet que huelen bien, pero nada más. De esta época dejare fuera a
Catch me! puesto que, desde mi perspectiva, es una reinterpretación contemporánea
y muy bien lograda del embriagante y barroco Lou Lou.
En base a este hilo conductor revisaré las fragancias más
emblemáticas de la marca, según mi opinión, y haré, dentro de lo posible, una
comparación de los actuales aromas disponibles con sus fórmulas originales.
Este análisis está basado solo en la impresión personal y en la coyuntura que
me ha dado la suerte de haber estado rodeado de perfumes desde muy pequeño por
ende, carece de asidero científico y se sustenta en los abanicos del corazón.
Anaïs Anaïs de 1978 es polvoso y ligeramente áspero que se convirtió en el
primer perfume de la marca. Su salida es fresca y profundamente floral aunque
seca y verde. Madreselvas, azahar, lavandas, jacintos, azucenas, muguete,
jazmín, lirios e ylang-ylang construyen un acuerdo similar a un ramo de flores
frescas y muy naturales que han sido recién cortadas, como si aún exudaran la
sabia vegetal de sus tallos. Al final, como a las tres horas de aplicado, la
fragancia muta a un base cálida con dejos de miel de flores y un tono húmedo
característico del musgo de roble. Por este motivo más que floral, este perfume
siempre me ha parecido un Chipre-floral.
En la actualidad se encuentra reformulado y solo puede encontrarse
Anaïs anaïs l´original de 2014, una
fragancia que logra un símil con su par vintage, sin embargo, es menos áspera
pero mucho más fresca y floral y a su vez, logra el efecto de mujer diáfana, un
poco angelical y fresca, que siempre me
ha parecido que la publicidad persigue.
Nota: si le gustan los tradicionales Cacharel busque aquellos cuyo
logo esta encerrado en un cartucho de seguro pertenecen a la fórmula original.
La marca cambió su presentación en 2012.
Cacharel por homme de 1981. Mi relación con esta fragancia se remonta a
1997, conocí a un chico que lo usaba como su marca personal y siempre me
parecía que olía muy bien, aunque para él la fragancia le resultaba demasiada
adulta; algo similar a lo que pasaba conmigo cuando, a los 19 años, me dio por
usar Jazz en su versión original.
Cacharel pour homme sin lugar a dudas es un clásico de la
perfumería masculina, a medio camino entre Chanel Egöist y Eau Savage de Dior.
Es ligeramente cítrica, pero no a limones sino más bien a hierbas de jardín y
profundamente especiada-picante y maderosa con un remate áspero de conífera, tan propio de una colonia
masculina de los años 80.
Nota: olí esta fragancia hace dos días atrás, es probable que haya
sido reformulada puesto que, hoy es mucho menos potente y más aguada de lo que
recuerdo. Posee una salida cítrica y un fondo madera-especie, como a perfume
antiguo de caballero.
Lou Lou de 1987. Una palabra describe este maravilloso perfume: intenso. Lou lou es una mezcla
embriagantemente intensa de flores, frutas y especias; mi nariz se apabulló de aromas. Es
una canasta de berries, un ramo de flores y un postre ácido y dulce a la vez;
como un jugo de ciruelas cocidas en agua, perfumadas con vainilla sobre una
estufa donde se están quemando maderas.
Femenino, coqueto, sexy, luminoso, un poco erótico, pero a la vez
inocente, jovial y oscuro. No puedo comentar de sus notas por que es una bomba
que aturde los sentidos...
La versión actual es deliciosa, pero la original lo era mucho más. Aún así, hoy es mas llevadero y dúctil.
Nota: Recomiendo probarlo un día antes de comprarlo, para ver si
gusta su evolución. Lo considero un aroma demasiado bello para odiarlo. Es
mejor decir, "no es para mi" y dejarlo volar.
Edén de 1994. Una flora alienígena plástica, sintética y aturdidora. Llena de
elementos disonantes que hieren los sentidos y agotan la nariz pero, me
encanta.
Es tan extrañamente dulce con su salida de frutas ultra maduras
que explotan en jugos casi avinagrados y sus flores polvosas que, es necesario
escapar de el o usarlo en espacios abiertos.
Lamentablemente la versión actual bajo la nota plástica de
naranjas y duraznos pasados que le era característica y que, se sentía en el
traspaso entre las notas de salida y las notas medias; hoy esta más amansada y
en mi piel, adquiere un dejo de goma de borrar que resulta ser muy interesante.
Pasado los primeros 45 minutos de esta explosión de notas, el
perfume se acomoda en un pachulí amelocotonado bastante cómodo, potente y fácil
de llevar.
Nota: Lo volví a comprar hace poco, lo use el fin de semana…y aún,
es un perfume maravilloso. Si alguien no
le gustaba en los noventa, recomiendo probar esta nueva versión.
Eau d' edén de 1996. Los perfumes maravillosos suelen quedar en nuestra memoria. Una
fragancia bellísima, joven, fresca, energética, ligeramente acida, floral y
dulce. Destacaban en ella las frutas de agua, nectarinas, duraznos y unos dejos
de melón y luego las flores frescas,
Jacinto, iris y rosas que remataban en un almizcle blanco muy suave y diáfano.
La uso mi madre durante dos años. Podría reconocer ese aroma
magnifico y potente donde sea por eso, maravillado, descubrí su símil: Eau pure de Biotherm.
Descontinuada.
Noa de 1998. Un perfume limpio, delicado pero persistente. Si usáramos la sinestesia Noa olería a blanco caracterizado por un almizcle
suave y notas florales frescas que lo hacen relajado y adaptable a cualquier
clima. Es potente pero no demasiado, para ser intrusivo.
Noa es de uno los perfumes que siempre necesito tener cerca, me relaja
y logra cambiar mi humor, para mi es más feliz que Happy y mucho más chispeante
que Be delicious.
Su salida es floral, fresca y ligeramente acida, un toque de
peonía polvosa y Fresia fresca que se van mezclando con el aroma del almizcle
blanco y el café…pasado unos minutos, Noa se vuelve dulce y áspero.
Nemo de 2000. Amaderado y especiado, con un corazón floral cálido y unas notas
de salida que le dan un aspecto de canela, puede darse debido a la combinación
de pimienta y cardomomo.
Descontinuada, algo similar disponible hoy: Jungle homme de Kenzo…nos puede dar una idea como olía.
Descontinuada, algo similar disponible hoy: Jungle homme de Kenzo…nos puede dar una idea como olía.
Amor amor de 2003. Esta fragancia es como un
cuero fragante y algo jabonoso, un poco químico, cítrico y dulce a la vez...es
raro. Me gusta.
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Amor Amor no es un amor delicado o sensual. No sé que tipo de amor
es, pero te golpea con fuerza; aunque debo confesar que dicho golpe, que viene
con la potencia de una ola, se deshace en la arena sin alterar mucho el
espíritu.
Un perfume delicioso, pero se queda ahí. Solo en la delicia, no
arroba, no embarga, ni mucho menos emociona. Insisto es medio en todo...
Nota: Perfectamente usable en cualquier ocasión, aunque no en
épocas muy cálidas, por su notas de fondo, que podrían ahogar. Según mi neófita
opinión, es unisex. De hecho me haré de una botella muy pronto.
Catch me de 2012. Una fragancia con una fijación muy buena y una estela suave, pero
persistente. Hace un tiempo adquirí una cofre de miniaturas Cacharel; puesto
que, deseaba un par de perfumes de esta marca para mi colección y no me animaba
a gastar dinero en frascos grandes y costosos; en esta caja venía esta fragancia
y oh sorpresa!, pasado unos minutos de secado es Lou Lou, un versión más simple
moderna y cítrica pero es Lou Lou, con su misma carga floral, ligeramente
oriental y amaderada. Floral, cítrica, frutal, dulce y madera con un dejo especiado
oriental. Por si solo es un perfume muy bueno pero, al recordarme tanto a su
hermana mayor, no me deja de parecer una copia segura y poco arriesgada de la
marca…aún así, hay que darle una oportunidad.
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