viernes, 12 de junio de 2015

Los plasticones: perfumería sintética...la nueva perfumería. Revisión de diez perfumes sintéticos que vale la pena observar.


Los cambios climáticos y los múltiples problemas ambientales a los que nos vemos enfrentados día a día, me han hecho pensar en cuáles son los caminos a seguir para enfrentar estas situaciones; qué pasaría si una manzana dejara de ser una manzana o si, pudiésemos elegir el color de los ojos a voluntad. Hoy los transgénicos nos hacen comer manzanas con sabor a pera con dejos cítricos y aspecto de durazno...raro, sintético y absolutamente antinatural...

Mientras escribo estas líneas recuerdo una serie norteamericana situada en una civilización del futuro donde una fruta "natural" era un bien lujoso y exclusivo de quien lo podía pagar; en ese mismo programa los personajes viajaban a una colonia terrestre ubicada a 100 millones de años en el pasado, como un guiño a un planeta no contaminado y no intervenido, donde todo era  natural, puro y susceptible de ser colonizado y civilizado...otra vez.







Hoy nos enfrentamos a vivir en un mundo que está, obligadamente, perdiendo lo natural: nuevas regulaciones, escasez de materias primas, contaminantes, costos de producción, etc; han obligado a la industria a desarrollar todo un mercado basado en el reemplazo artificial de plantas, animales o minerales. Esta era es la época de lo sintético: sale más barato y no se acaba.


Lo sintético en la perfumería comenzó a finales del siglo XIX con una adición de elementos artificiales que buscaban dar ideas o inspiraciones de notas o momentos: Jicky, Chypre o L' huere blue son ejemplos de ello pero, no seria hasta que Ernest Beaux con su Chanel N 5 lleno de aldehídos pusiera de moda este gusto por la perfumería conceptual, que estos elementos impactarían en el mercado de los perfumes. De ahí la historia se divide en dos: la antigua donde lo sintético le daba cuerpo y estructura a una fragancia y la moderna o actual etapa que persigue una baja en los valores de producción del perfume.

Hoy todos los perfumes poseen una fuerte carga sintética basada en la estructuración de aromas inventados y de impresiones olfatorias que recrean estados o elementos que no existen, puede ser por motivos ambientales o bien por regulaciones de la IFRA, sin embargo, la moda de hoy nos entrega fragancias con el olor del caramelo, algodón de azúcar, capuccino, praliné, brisa marina, un bosque cubierto de rocio, etc, etc, etc.

Cuáles son las tendencias de moda: lo sintético, los aromas creados, las impresiones naturales  basadas en notas construidas artificialmente. El gusto del público ha hecho renacer lo dulce y pegajoso, flores bañadas por miel con aires de almizcle y pachulí hasta el coma diabético y, las fragancias de celebridades han influido en ello. No es menor el aporte de estas en el mundo de la perfumería puesto que, gracias a ellos, los aromas de han democratizado y masificado hasta la saciedad.

Creaciones sintéticas sobran y son transversales puesto que, van desde  el tan idolatrado niche hasta la perfumería semi selectiva de cantantes, actores o marcas juveniles. La oferta es tan grande que abruma...Pero entre tanta fragancia, cuáles son los sintéticos plastiquines que son dignos de oler? Este post, desde la mirada subjetiva del autor (o sea yo), tratará de construir una guía de los diez perfumes, algunos ha sido agrupados por familias, que se deben probar.

1. Chanel 5, Rive Gauche de YSL, Y, Miss Dior, Diva de Ungaro, Madame Rochas: los dos  primeros aldehídos y los siguientes Chypre. Todos con una fuerte carga sintética que los hace ásperos, metálicos, ligeramente amargos pero, paradójicamente frescos, un poco cítricos y polvosamente lácticos. Pueden oler demodé pero son clásicos que vale la pena revisar además, las versiones actuales son bastante más relajadas, menos estructuradas y mucho más usables que sus fórmulas tradicionales; estos perfumes son parte de la cultura general de la perfumería que todo fetichista debe conocer.



2. París de Y.S.L., Paloma Picasso, First de VanCleef & Arpels y Poison de Dior: los ochenta en su máxima expresión. Flores frutas y elementos artificiales llevados al cenit de su representatividad; perfumes potentes, embriagadores y enigmáticos, llenos de matices y contrastes que los hacen bellos y profundos (gracias a la química). Qué los une: el musgo de roble, la rosa y el jazmín u hodione lactónico y sintético.



3. Eternity y Ck One de Calvin Klein: entre la bella obra de Sophia Grosman y la colonia cítrica por antonomasia están presentes un montón de notas sintéticas que les dan un ligero toque a plástico y a goma a ambas. Los florales frescos y clásicos de Eternity, tan propios de Grosmann, dejan ver una nota de polvo de goma que se aprecia entre las fresias, la rosa y el clavel. Por otro lado, Ck One con su mezcla de cítricos y almizcle blanco de laboratorio, seduce con una frescura que a ratos recuerda al melón, la piña y el eucalipto como un guiño químico a la antigua colonia artesanal.



4. Ángel y A*men de Thierry Mugler: golosos y potentes hasta la saciedad. Caramelo quemado, café, chocolate, algodón de azúcar y mucho pachuli logran un efecto olfatorio que aturde. Tanto la versión masculina como femenina son ambivalentes, como el hielo que por ser tan frío quema, Ángel y A *men son tan dulces que se amargan en un punto...volviéndose ásperos y densos. La versión femenina es mucho más rica que la masculina y ambas, producto de las reformulaciones, son menos potentes de lo que fueron en su época de gloria.



5. Gucci Rush: champú de manzanas roja, duraznos con aire de albaricoques y vainilla: plástico hasta el extremo...maravillosamente sintético y rojo. Rush afiebra con su estructura llena de almizcle y pachuli.



6. Edén de Cacharel: un jardín alienígena de florales y frutales extremos, con una cubierta de goma que ha sido suavizada con el tiempo. Sin perjuicio de esto,  la mezcla de mimosa, azahar y durazno logran un efecto anti natural que lo inunda todo a su paso.



7. Fantasy de Britney Spears, Killer queen de Katie Perry y La vie est Belle de Lancome: el primero es dulce, dulce y dulce; frutichuly lleno de chocolate, que parece praliné y frutas con aspecto de cerezas confitadas. El efecto: un bombón de licor de cereza y almizcle. No me gusta, pero vale la pena darle una oportunidad puesto que se encuentra muy bien construido.

Nota: Fantasy no es un frutichuly en el estricto rigor (no tiene frutas y pachuli)...pero lo parece; sus notas se configuran en un  dulce confitado que, paradójicamente, no resulta adolescente y es característico, además,  de esta seudo-familia aromática, Gracias a mi amiga Nayeli Cano por haberme hecho esta aclaración.

Por otro lado, Killer queen de Katie Perry se caracteriza por la presencia de rosas ácidas y jazmín lactónico tapado por montañas de praliné de almendras y pachuli....su salida me recuerda a Very irresistible, pero esa impresión dura los primeros minutos, luego es dulce hasta el coma diabético.



El mayor del grupo es La vie est belle y se sostiene en una base de almizcle y pachulí que confitan todas las notas a su paso. Al igual que los dos primeros, persiguen recrear el concepto de una copa de frutas confitadas (o garrapiñadas) bañadas en salsa de chocolate praliné y caramelo, perfumadas por una especie exótica o la miel de una flor. La ventaja de este último por sobre los anteriores es que puede ser usada por mujeres adultas, sin embargo, los tres llevan lo químico a la máxima expresión dulzona.



8. Fancy Nights de Jessica Simpson: hojas de libros viejos que nos sorprenden con historias de otras épocas. Un perfume  dulce ligeramente ácido, por la naranja, y profundamente polvoso que no parece de celebridad. Vale la pena olerlo pues su efecto de laboratorio se traduce en una impresión  mágica de papel antiguo y una dulzura cálida, suave pero persistente.



9. Black Orchid de Tom Ford: un acuerdo terroso y profundo de trufa es lo que más caracteriza a esta fragancia oriental floral. Sus notas afrutadas y sus florales son resueltamente sintéticos, lo que no debe verse como algo negativo sino todo lo contrario puesto que, recrea el efecto mujer fatal u hombre si se quiere, rodeado de un humo dulce y misterioso, con algo de flor y algo de especie y un toque de chocolate amargo, húmedo y áspero.
En algo Black Orchid me recuerda a Obsession de Calvin Klein pero puede ser solo una impresión.

Nota a parte: perdón por desmitificar a Tom Ford pero sus fragancias poseen una fuerte carga química que las hace únicas y conceptuales y a esto no escapan ni los exponentes de "The blend".

10. Lolita lempicka y Au masculin: plásticos, sintéticos y adorables...anís, regaliz, violeta; ambos son sinestesicamente lilas y licorosamente dulces. Hojas de violeta, regaliz, licor de anís y praliné le dan un aspecto de jarabe antiguo para la tos o brebaje casero calmante, aún así es imposible no dejarse seducir por ellos. Tengo pendiente una revisión más detallada de estos clásicos del plasticón.



Probablemente se me quedan muchos más: Eros de Versace, DKNY be delicious, Ch de Carolina Herrera y tantos otros...pero esperaremos a que pasen la barrera de los 10 años para hablar de ellos.

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