Oscar de Oscar de la Renta.
Año de lanzamiento: 1977
Perfumista: Oscar, Jean Louis Seuzac.
Estado: Oscar original reformulado en,
por lo menos, tres ocasiones.
Principales notas o qué huele en mi:
Oscar, florales antiguos y densos, nardo, jazmín y hierbas de cocina con puntos
de clavo y especias picantes, mirra…paradójicamente me recordó, en algunos
puntos a la versión actual de Opium.
Emociones que me causa: Opresión, ahogo y
pesadez. Es un bello perfume pero su estela es densa y en algunos puntos
punzante. Ochenta en su máxima expresión y estética excesiva.
Usos: cuando se quiera impactar y nuestro
vestuario sea extravagante y en extremo sofisticado. Es un perfume con
presencia por ello se debe tratar de usarlo al aire libre.
Duración y estela: duradero en mi piel
siete horas siendo muy fuerte las dos primeras.
Desde que tengo uso de razón, dos marcas han estado en mi ideario
perfumado y, aún cuando las mujeres de mi familia nunca los usaron, las
recuerdo presentes siempre: Paloma Picasso, del que hablaré algunos post más
adelante, y Oscar de la Renta.
Chile en los ochenta y noventa era un pequeño país aislado del
mundo libre y ajeno a tendencias y moda; los volantes gitanos de Saint Laurent,
las hombreras masculinas de Armani o los estampados estrambóticos de Versace
nos llegaban con temporadas de retraso; accedíamos a algunos atisbos de estilo
y moda gracias a los programas musicales
o las teleseries mexicanas que reproducían a una Madonna Monroe
contoneándose al ritmo de Vogue o a una Verónica Castro hiper maquillada con un
pelo escarmenado de tres metros y joyas que combinaban con las sedas de sus
elegantes vestidos. Chile consumía lo que nos llegaba de afuera con la avidez de las tarjetas de crédito recién estrenadas.
En esa época pensaba que los grandes perfumes eran creación
exclusiva del diseñador en cuestión y que cada uno de ellos mezclaba aceites,
esencias y olores para lanzar sus creaciones; admiraba la capacidad no solo
para construir fórmulas olfativas sino para diseñar frascos, cajas e imágenes
que constituían esos objetos que tanto llamaban mi atención.
Imagen extraída de: hispacdn.com |
“Oscar” el perfume homónimo del diseñador dominicano Oscar de la
Renta fue lanzado al mercado en 1977 y durante los ochentas y los primeros años
de los noventa fue uno de los perfumes más populares en mi país; no había mujer
elegante que no oliese a Oscar y sus efluvios de civeta y flores blancas, lo
usaban las amigas de mi mamá y mi abuela y algunas mujeres más a mi alrededor.
El perfume era tan popular que la casa Flaño creo una de sus colonias femeninas:
“Marta” con inspiración de los acuerdos aromáticos de Oscar; recuerdo muy bien
esta fragancia, pues mi mamá la usaba como perfume de diario y, según ella, era
una versión diluida, ligeramente aldehídica y fresca de Oscar. A mi parecer se
encontraba a mitad de camino entre Oscar de la Renta y Madame Rochas, pero yo
no soy nadie para contradecir a mi madre.
Oscar es una creación de Jean Louis Seuzac, el responsable de
célebres fragancias de los años dorados de la perfumería; Opium, Fahrenheit,
Votre, Bel Ami, entre otros, salieron de su gusto por las notas discordantes,
penetrantes y barrocas. El perfume que reseño es la versión actual que al
parecer es la tercera reformulación que ha sufrido la fragancia. La primera de
ellas se produciría cuando la marca fue adquirida desde Elizabeth Arden a
Sanofi Beuté y la última con el traspaso hacia Interparfums, empresa que en la
actualidad se encarga de su producción y distribución.
Su salida me parece verde y un tanto astringente, pero no con un
dejo a sabia vegetal sino a hojas en proceso de secado, un poco picantes y con
un vuelo de polvo que se mantiene de principio a fin: albahaca, cilantro un
punto picante de clavo y flores de azahar son los elementos que destacan en
este punto que dura un par de minutos.
En su fase media los puntos verdes dan paso a los florales pesados que
se superponen uno con otro, clavel atalcado y balsámico , nardo
voluptuoso y jazmín indólico, sin embargo, el nardo lo devora todo y los demás
florales acompañan la fragancia entregándole aspectos divergentes que
enriquecen la nota, dándole dramatismo y profundidad.
Hacia el final de su estructura el aroma barroco del nardo se
suaviza transformándose en un suave velo cremoso con trazos ligero de polvo y acuerdos de resinas pesadas y dulces
que le dan un aire a Opium en su fórmula de 2009; mirra, un toque de opopónaco
y ámbar unidos a los efluvios de la tuberosa y un clavel picante; logran una
base cálida, profunda y oriental.
Si bien es cierto la salida de este “Oscar” tiende a ser un tanto
chillona y sintética que, posiblemente el original no poseía; es necesario
recordar que el azahar de naranjo insufla un toque plástico (gomoso) a la
creaciones que contienen esta nota aromática. No tengo conocimiento de la
fórmula original, mi suposición se basa en el recuerdo sustentado en haberlo
olido por los menos un centenar de veces a fines de los ochenta y los noventa,
por lo mismo podría afirmar, subjetivamente, que es tan floral, oriental y
picante como lo recordaba.
Esprit d´Oscar de Oscar de la Renta.
Año de lanzamiento: 2011.
Perfumista: Anne Gottlieb y Franck Voelkl.
Estado: no reformulado.
Principales notas o a qué huele en
mi: cáscara de limón, suave lavanda,
polvo y humo, violetas, heliotropo e iris, haba tonka y ámbar al final.
Emociones que me provoca: belleza
delicada y sofisticada; una tarde de otoño, sol tibio y tranquilidad. Elegancia
discreta y delicada.
Usos: es un perfume intimista que dura
mucho; ideal en días templados y con sol tímido. En un día gris puede provocar
melancolía y en el verano su exceso de polvo puede cansar. Unisex.
Duración y estela: duración media, cinco
horas en mi piel. Su potencia puede ser excesiva con sobre aplicaciones.
Esprit d´Oscar la belleza de un clásico con inspiración moderna,
posee todos los elementos de un clásico unido a un toque contemporáneo difícil
de resistir. La fragancia es un guiño no solo al de la Renta tradicional, sino
también a L´heure Blue, sin embargo, no se queda en una imitación de estas
tremendas fragancias, sino que busca ofrecer algo nuevo y diferente; es mucho
más floral y profundamente romántico que Oscar y no posee la melancolía polvosa
del Guerlain. Aún cuando su orientación aromática polvosa lo hace más cercano a
L´heure Blue, este Esprit es alegre,
chispeante, positivo y actual.
La salida es cítrica ligeramente dulce, verde y jugosa, pero no es un acuerdo de
limón propio de una colonia fresca de verano, sino más bien densa, atalcada y
clásica, casi como una fragancia masculina de los ochenta, con puntos verdes y
algo picantes; sus acuerdos de limón de Amalfi y bergamota, recuerdan un limón
maduro ligeramente mohoso gracias a la adición de polvo de iris, violeta y
heliotropo que se introducen en la fragancia de principio a fin. Hacia el final
de su estructura olfativa, trazos dulces y balsámicos de jazmín, un acorde
ligeramente indólico de tuberosa, haba tonka, almizcle y ámbar gris, le otorgan
dulzura, suavidad y un aire potentemente unisex.
¿Qué tienen en común con la fragancia original?
Muy poco, los florales de Sprit son aireados y profundamente delicados,
poseen un potencial clásico pero su mezcla ha sido modernamente estructurada;
es dulce sin empalagar, es floral sin ser naif, posee una carga ambarada y
balsámica sin que sea pesadamente oriental y, sobre todo, es tan
aterciopeladamente polvosa que pareciera estar oliendo una fragancia construida
50 años antes, cuando la perfumería no se fijaba en cosas tan prosaicas como el
coste de producción.
Posee un velo al Oscar original en alguna de sus notas, tal vez,
un poco a la salida y algo en el medio nos recuerdan que es la reinterpretación
de una fragancia antigua, sin embargo, su
estructura la acerca mucho más a L´ huere Blue…casi como si fuese un
guiño a este clásico o una oda que busque exaltar su belleza, pero no nos
confundamos, no es un imitación del Guerlain, sino más bien una inspiración en
sus florales violetas de belleza melancólica y atemporal.
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