Año de lanzamiento: 1978
Creador: Gerard Goupy, Yves Tanguy y Jean Charles Niel.
Estado: reformulado, probablemente más de una vez.
Principales notas (o a qué huele en mi): miel, licor de ciruelas,
nardo, jazmín, civeta (un punto a orín de gato), almizcle, musgo, clavo,
canela, maderas profundas y humo.
Sensaciones que me provoca: lujo, un banquete medieval, la media
noche en un bosque húmedo, introspección.
Usos: especiales y sofisticados. No es un perfume de diario ni
para usarlo en cualquier ocasión; aunque esto no es sinónimo de elegancia.
Huele como debería oler "You Know I´m no good" de Amy Winehouse.
Duración y estela: muy fuerte y duradero. En mi piel casi ocho
horas siendo fuerte las primeras cuatro y ahogante las primeras dos.
Imagen extraída de: culturacolectiva.com |
Cuando tenía doce años cumplí, por primera vez en mi pequeña vida,
un anhelo propio de un niño, a ratos introvertido como era yo, irme de
vacaciones solo. Una tía muy querida,
adicta a los perfumes potentes y clásicos, vivía en una ciudad distante
a unos 500 km de la mía y, en un invierno, decidimos que la iría a visitar. La
aventura fue grandiosa, me montaron en un autobús con la certeza de que no
hablaría con nadie y no me bajaría más que en el terminal de destino donde me estaría
esperando mi pariente. El asiento era muy grande para mi solo pero llevaba un
almohadón para dormir, mi bolsa de galletas y gaseosa, unas revistas y música
para escuchar. Me esperaban cinco horas de viaje pero yo iba preparado y
expectante; creo que desde esa travesía comencé a creerme grande y si, la
verdad, me hice un poco adulto. En esa época podían hacerse cosas como esta,
sin riesgo o temor.
La casa de mi tía era una amplia construcción con un jardín
perfumado de limoneros, magnolios, peonías y rosas que coleccionaba y cuidaba
con esmero; pero su baño privado era lo que me atrajo como a un dulce
prohibido, paredes de azulejos blancos, una ventana de cristales tallados donde
el sol jugaba creando figuras de luz, un tapete suave en el piso y una mesa de
madera con cubierta de mármol donde se ordenaban por espacio las botellas de
sus perfumes predilectos: Azzaro 9, Asjá de Fendi, Shalimar, Byzance y otras
maravillas olfatorias de la vieja escuela, en el centro del boureau la reina
indiscutida era una botellita negra redonda con tapón de cristal: Magie Noire,
con toda su esencia balsámica y su estructura ambivalentemente Chipre-verde-oriental.
Este era su perfume especial, el que usaba para salir de noche y yo no podía
resistir quedar embobado tras la estela enigmática que esa poción narcótica dejaba, de la misma forma no podía dejar de poner unas gotas en mi muñeca y aspirar profundamente.
Han pasado más de veinte años de esa experiencia, me hice grande, viajar sólo ha perdido su novedad de aventura secreta y Magie Noire quedó en el olvido de una
bella experiencia.
Hace poco olí el clásico de Lancome, esta vez reformulado y
relanzado en una botella diferente; si bien es cierto huele menos especial que
en mis recuerdos, aún posee la virtud mágica de disparar mi imaginación a esas
vacaciones sin padres de mis doce años. En este post no existe comparación
entre la versión vintage y la actual puesto que no he podido a acceder a una
muestra antigua y está basado exclusivamente en las pruebas en papel y en piel.
Magie noire es un perfume poco amigable, no se estructura como una
esencia fácil de usar y mucho menos es portable en cualquier momento o lugar,
aún cuando es una construcción femenina su aroma es absolutamente unisex y
perfectamente portable por la piel masculina. Al igual que Aromatics Elixir de
Clinique o Creation de Ted Lapidus, con quien poseen un ADN común, la versión
actual está perfectamente equilibrada con el clásico y, aún cuando, presentan
diferencias en profundidad (sobre todo en el uso metálico, frío y seco del
musgo de roble), las fórmulas contemporáneas son, por sí mismas, ricas en belleza y diferencia. La versión que
reseño es la disponible actualmente en algunos counters de Lancome y que ha
sido relanzada el 2012 bajo el nombre de “La Colection Lancome” que busca
reunir y reinterpretar clásicos contemporáneos y algunos antiguos de la marca
francesa y que se encontraban descatalogados u olvidados del gusto popular.
Magie Noire es una fragancia en tres fases asociadas con la
estructura del infinito, es decir, sus notas no se suceden en estructura
piramidal sino que se mezclan de forma sinuosa entre acuerdos de familias
olfativas que se repiten una y otra vez, con distinta intensidad, destacando puntos que
difieren en cada momento de la vida de la fragancia.
La salida es profundamente oriental, especiada, balsámica y densa; posee puntos picantes que se mezclan con el dulzor del pachulí, la opalescencia
de la mirra, la sensualidad cremosa de flores blancas como el nardo, el jazmín,
el ylang-ylang o el muguette, y un punto dulce oscuro propio de las frutas y
bayas negras que le otorgan una característica alcohólica propio de algunos
licores preparados en casa; la nota de miel, ámbar y suave sándalo, favorecen
esta idea. Mientras estos acuerdos se desarrollan, los almizcles y las notas
anímales se suceden unas con otras entregándole a la fragancia un cuerpo y una
sinuosidad casi palpable. Magie Noire se puede sentir y acariciar, es un halo
que lo llena todo a su paso.
Frasco actual de Magie Noire |
La segunda fase que se sucede entre las notas de la primera es la
Chipre-vegetal caracterizada por el aroma de la tierra y el verde astringente
seco y frío tan propio del musgo de roble que, unido al aroma seco del gálbano, la raíz de
lirio con su punto de humo y el vetiver, refrescan las especies y las
notas animálicas dándole un respiro a la fragancia sin que se transforme en
fresca o verde; este perfume es cualquier cosa menos un floral, verde y empolvado.
Al final de su estructura todo en ella es humo de incienso,
sándalo cremoso, musgo metálico y trazos de leñosos de madera de cedro que le
otorgan masculinidad a esta fragancia de mujer.
Si quisiera describir Magie Noire debería decir que posee algo
del chipre animal de Paloma Picasso, un poco de las especies florales de Opium,
un punto frutal barroco y oscuro, levemente violeta de Poison unido a un dejo
seco y áspero de musgo propio de algunos clásicos como Aromatics Elixirs o K de
Krizia.
Esta es la versión que conocí a principios de los noventa. |
Esta fragancia posee lo mejor de una época y mezcla elementos de
la perfumería de los 50, 60 y 70 y, sin duda, servirá de inspiración a las
grandes estelas olfatorias de los ochenta. Absolutamente no empático con la
nariz o la personalidad perfumística que reina en estos tiempos; es dulce sin
ser un frutichuly, es verde sin ser hespéride, es especiado sin ser oriental y
es floral-frutal sin ser un postre de vainilla y almizcle blanco.
Fuerte, potente y arrollador, requiere de una, dos o tres pruebas
antes de decidirse a portarlo; además necesita de un usuario con una
personalidad fuerte, de un aspecto enigmático y sofisticado que le saque
provecho a la joya que es.
Gracias por esta excelente reseña. Magie Noire constituye en mi vida perfumística como la "piedra fundamental"que marcó un antes y un después. Conocí esta fragancia por una compañera de trabajo con quien en principio no tenía mucha confianza. Pero siempre me impresionaba la fragancia vibrante que dejaba a su paso. Hasta que luego de mucho tiempo me animé a preguntarle y resultó que usaba Magie Noire. Desde ese momento lo quise para mí y durante mucho tiempo fue mi perfume insignia. Un perfume embriagador, al menos en la década de los 80. Cambió mi visión de lo que significa un aroma personal como ese algo imprescindible sin lo cual no podemos sentirnos plenos porque de un modo misterioso siempre se identifica con lo que somos o quisiéramos ser... Gracias Jorge !!! Un abrazo. Graciela
ResponderEliminarDe nada Graciela, gracias por tu tiempo al leerme...has probado Magie Noire otra vez? te atreverías a usarlo de nuevo?
ResponderEliminarHe terminado un frasco de Magie Noire no hace mucho tiempo. Pero no sé si olía como los que usaba en la década del ´80, cuando lo conocí. Allí era brutal. Hoy no lo veo por ningún lado. Seguramente ya no lo fabrican más... Creo que lo volvería a usar, en invierno, en alguna ocasión especial, sobre todo si encontrara una versión vintage... Me encantaba...
ResponderEliminarUn amigo coleccionista de la versión vintage me ha hecho ver que la actual, no está nada mal; es un fiel reflejo de la belleza desatada del original...solo que, como todas las versiones actuales de los clásicos, más aguada. Yo probé el actual (botella cuadrada, transparente y de tapón dorado) y es maravillosa. Hay veces que es mejor disfrutar de lo que tenemos y dejar de llorar por lo que no volverá...yo lo hago con Opium.
EliminarHola
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