miércoles, 5 de agosto de 2015

Los Jardines de Hérmes....un espacio de perfecta armonía (revisión de la línea).

Hay algunos perfumes que podemos considerar “bellos”, la gran mayoría “genéricos”; muy pocos caen en la categoría de “interesantes” y, solo unos cuantos, pueden ser considerados “obras de arte”.

Desde que recuerdo me han gustado los perfumes; en cada post dejo ver mi amor por ellos y los múltiples recuerdos que me han hecho vivir. No hay momento importante de mi vida que no pueda ser asociado a una fragancia.

Mi tendencia es a los aromas “diferentes” y nos es por un afán de ser especial, sino más bien de buscar aquello que me sorprenda tanto que logre llenarme de emoción. Cada día esta sensación, en materia de perfumes, se ha transformado en un animal que está en vías de extinción.

Imagen extraída de: club.travel.sina.com.cn


La casa Hérmes se caracteriza por perfumes basados en la pureza de sus ingredientes…hablar de esta casa es hacer mención a un cuidado y sofisticado lujo artesanal. Sus fragancias son símbolos de los valores que persigue la casa: Amazone, Caleche, Rouge o la casi amarga Eau d´orange verté, son claros ejemplos de ello; perfumes profundos llenos de matices y de intenciones que los transforman en objetos imprescindibles en cualquier colección.

La línea Un jardín surge en 2003 bajo el genio creador de Jean Claude Ellena, quien fuera la “nariz” exclusiva de la casa desde esa fecha hasta 2015. Este maestro perfumista  posee a su ver creaciones emblemáticas como: First de Van Cleff & Arpels o In love again de Y.S.L. Si pensamos en estas creaciones barrocas y potentes, no podemos dejar de admirar la virtud camaleónica de este maestro perfumista. 

Pero será la línea de perfumes de esta casa quien otorgará el sello reconociblemente zen de Ellena y que se traduce en perfumes perfectamente construidos con una carga natural muy potente, duraciones suaves y un aire de perfección naif que los vuelve, desde mi visión de la belleza,  un poco aburridos. Debo confesar que esta línea de Un jardín, me provoca sentimientos encontrados; por un lado me atrae la estructura minimalista y simple de sus composiciones aromáticas y por otro me dejan con gusto a más, no digo que sea un perfume incompleto o que posee algo fuera de lugar, pero cuando comienzo a emocionarme con Sur le Nil, Apreés le mouson, En Mediterreane o Du Monsiur Lee, algo detiene la experiencia y se ahoga antes del éxtasis y, es que están tan bien hechos y son tan simples, que me agotan; como si tanta perfecta belleza contenida en solo perfume se hiciese imposible de soportar.

Los jardines, así como las creaciones de Ellena para Hérmes se configuran en fragancias que van más allá de todo lo posible. Solo un epíteto se me viene a la mente para ellos: sublimes.


Un Jardín en Mediterranee (2003):

Floral blanco, verde y cítrico; delicioso, me atrevería a decir que es el mejor de la colección. A momentos huele a flores delicadamente blancas que han sido sostenidas por tallos y hojas de fuerte carga verde, a instantes a almendra o pistacho, que le dan un aroma cálido a semillas oleosas finalizadas en un toque de frutas cítricas maceradas en un dulce, tan correcto y sutil, que la imaginación se dispara hacia unas vacaciones por las costas del Mediterráneo.

Este perfume persigue ser un paseo olfativo por las culturas, olores y sabores del mar que baña tres continentes: los cítricos de Italia; los azahares de Marruecos y el Pistacho de Turquía; oriente y occidente reunidos en un acuerdo aromático.

La evolución de la fragancia se sucede rápido, es paradójico, pero en mi piel es la que menos dura y es, de las que he probado, la que más me gusta.

Un Jardín sur le Nil (2005): 


Una apertura verde-frutal, con un mango maduro que se une al cítrico amargo y perfumado del pomelo a momentos, un aire a papel vegetal y un acuerdo de zanahoria-tomate-espadaña que recuerdan a los juncos que crecen en los humedales.  Este Jardín explora una visión diferente a los demás que he olido y decanta en el acorde ahumado y terroso (incluso algo fangoso) del iris que raya casi en el cuero pero, al ser levantado por la canela y el almizcle más un toque de agua, logran bajar su intensidad y lo llenan de esa sensación de múltiples aromas propios de las riveras de los ríos.

Es sobre todo refrescante, inspirador y mágico que busca recordar las islas que se encuentran a lo largo del río Nilo, recreando su vegetación así como el agua que baña una región marcada por la presencia de este mítico e importante afluente.

Un Jardín Aprés la mouson (2008):

Picantemente delicado y ligeramente dulce, persigue recordar la región de Kerala (India) tras la temporada de los monzones; época del año donde la lluvia y el viento tropical arrasan todo a su paso transformado la vegetación en un renacimiento a la vida.

Sus notas incluyen jengibre, flor de jengibre, cilantro y cardamomo y huele a eso. Jengibre verde, fresco y cítrico,  casi jugosamente dulce, cruzado por el aroma vegetal, ligeramente áspero del coriandro (o cilantro) y un poco leñoso del vetiver, profundizado por el olor del cardomomo que le da profundidad y presencia.

Especiado, vegetal-verde y suavemente dulce, es uno de los perfumes de esta línea que más presencia y duración posee.


Le Jardín du Monsiur Lee (2015):

El más simple de los que he probado y también uno de los más minimalistas. Posee una salida naranja dulce (enana o kumqat), un cítrico oriental con un ligero dejo a naranja confitada, matizada por un suave toque vegetal que, más que a menta recuerda a la sabía de la planta (algo similar al aroma desprendido al cortar con la mano los tallos frescos del vegetal) y luego jazmín láctico y cremoso, virgen y angelical que le inunda los cítricos verdes con aroma a almizcle blanco.

Este aroma es perfecto, delicioso, correcto pero… no me dijo nada, encontré maravillosa su evolución olfativa; fue una brisa que se mantuvo lo que brisa dura, solo un momento.

Como todos los “Un-Le Jardín” estela media baja y duración moderada.

Nota al pie: Este Le Jardín de Monsiur Lee es la última creación de Ellena en exclusiva para Hérmes; nuevamente se desata el genio creador…veamos que nos ofrece más adelante.



4 comentarios:

  1. Excelentes reseñas. Los perfumes de Hermés son totalmente originales. Tenés que hacer algún comentaro de la colección "Merveilles". Me fascina tanto el "Elixir como el "L´Ambré". Pero por comentarios que he leído, son poco "comprendidos"... Me apena. Me parecen exquisitos y asombrosos, sin casi esencias florales...Gracias...!!! Graciela, desde esta excesivamente lluviosa Buenos Aires...

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    1. Hola Graciela, gracias por leerme y por tu comentario. Los grandes perfumes nunca han impuesto moda, la crean y en este tendencia actual donde todos buscan oler a "polos" en sus múltiples flankers o bien a "la vie est belle" en todas sus variedades; perfumes como estos tienen poca cabida. Se le agradece a la casa Hermes no venderse a los tiempos que corren y mantener una conceptualización trás cada lanzamiento. Es lo más cercano al niche que tenemos y lo mejor, de mayor distribución en Latinoamérica.
      No he probado "Les marveilles" pero lo haré pronto.
      Has tenido la oportunidad de conocer la casa Feuguia? Si no estoy mal, creo que su tienda está en la avenida Alvear.....
      Lluviosa y húmeda, tu Buenos Aires es una ciudad que me encanta y a la que volvería una y mil veces.
      Un abrazo

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  2. Gracias por tu mensaje, Jorge! Nunca fui a Fueguía. Pero sé que queda en el hermoso barrio de Recoleta (una pequeña porción de París en Buenos Aires), cerca de donde yo compro un té exquisito...(otro fanatismo aromático que tengo, más allá de los perfumes.. qué se le va a hacer... jajajaja). Me anima la curiosidad por visitar ese espacio perfumístico... Lo visitaré y luego te contaré... Un abrazo y gracias por estas hermosas reseñas...! Graciela

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  3. También amo el té, mi favorito: negro perfumado de azahar, clavo y un toque de cáscara de naranja.... Será que el sabor y el aroma se ligan en una parte del cerebro?
    También pensé en París al recorrer la Av. Alvear.... Gracias a ti, por tus palabras y tus lecturas.

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