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sábado, 26 de diciembre de 2015

Feliz Navidad....y Coriolan de Guerlain o los últimos chipres.

Año de publicación: 1998
Creador: Jean Paul Guerlain
Familia: chipre
Estado: descontinuado.
Principales notas (o a qué huele en mi): bergamota, limón y notas cítricas que decantan en hierbas frescas y acidas para dar paso a musgo de roble, un dejo de cuero y tierra y maderas dulces.
Sentimientos que provoca: libertad y elegancia. Alguien seguro y confiado que no teme ir más allá de lo establecido. 
Usos: especiales e íntimos. Es un perfume de día pero no para cualquier ocasión.
Duración y estela: moderadas. En mi piel dura cinco horas siendo muy potente la primera.




Un perfume clásico, distinguido y el único Guerlain estrictamente masculino que conozco. Debo confesar que lo compre por romanticismo, pues no pude resistirme a esa hermosa botella que dibujé una y otra vez en mi adolescencia, cuando no podía darme el lujo de armar una colección con perfumes reales y me dedicaba a pegar los recortes de las revista en un álbum de fragancias.



Muchas veces he comentado que mi gusto  por los perfumes empezó muy niño, pero fue entre los 13 o 14 años que adquirió tintes de adicción. Comencé como todos los adolescentes, coleccionando los recortes del objeto de mi afecto pero, mientras mis pares recortaban las revistas haciendo álbumes caseros de sus artistas favoritos, yo pegaba cuanta imagen de botellas de fragancias encontraba. Poseía un sistema muy ordenado, cada perfume estaba clasificado en relación a la casa a la que pertenecía y al año en que había sido lanzado, más una adición de sus familias aromáticas y sus principales notas, era mi propia fragrantica.com en papel basada en la imaginación. Coriolan y Safari eran los reyes indiscutidos de mi colección de imágenes, amaba esas botellas y las dibujaba una y otras vez. Llegue a tener más de quinientas páginas de recortes y guarde ese álbum durante más de diez años, muchas de ellas pertenecían a perfumes que jamás probé y que hoy se encuentran totalmente extintos, cuan raras criaturas, por ello cuando vi este mágico Guerlain, en una antigua perfumería, no pude dejarlo ir.



Notas altas de bergamota, petit grain y salvia, potente, cítrica y fresca que decantan en toque muy suave de comino, por lo menos en mi piel, y luego nuez moscada bañada por el verde herbal del tallo del cilantro.
Picante de hinojo, un poco de pachulí y benjuí, que no le alcanzan a dar un toque dulce y cálido, y finalmente, una sensación húmeda terrosa y leñosa, como a bosque de invierno: musgo de roble… supongo.


Un perfume elegante, distinguido y serio; perfecto en su composición que busca explotar de una en una cada nota enlazándolas para dar paso a la siguiente. Es un Guerlain con todas sus letras, perfecto y complejo en su estructura, pero a la vez delicada y no intrusiva, como la verdadera elegancia que jamás hace estridencias de marcas  y excentricidades pero denota su calidad con solo sentirla. La versión que poseo es de 1999 y es probable que, debido a su edad y que además desapareció pronto del mercado, posea musgo de roble natural ya que posee una profundidad de Chipre boscoso que, otras fragancias más actuales que poseo de esta misma familia, no tienen.



Huele a finales de los noventa, seguramente hay muchas otras fragancias parecidas, puesto que su aroma me resulta familiar...tal vez me traiga recuerdos de Jazz o del antiguo Vetiver de Puig.



Me enteré hace poco que Guerlain había relanzado algunos perfumes descontinuados bajo botellas genéricas, una moda o guiño de fidelidad comercial a sus clientes que, escandalizados, clamaban por las reformulaciones de sus fragancias favoritas;  encuentro una lástima esto pues la botella de Coriolan es tan bella como el jugo que guarda dentro. El nuevo Coriolan recibió el nombre de L´âme d ´un héros, desconozco su aroma y composición.


Aún es posible conseguirlo en línea a un buen precio.


Dejo pendiente mi revisión de Anteus para la próxima…los avatares de fin de año me han pasado la cuenta y ya han pasado muchos días sin publicar.

martes, 15 de septiembre de 2015

L´heure blueu y Mitsouko...o las bellezas icónicas de Guerlain

Debo confesar que cuando empecé con esta maniática obsesión por el mundo de los aromas, nunca pensé que mi afición me llevaría por mundos de autodescubrimiento y constante remembranza de las situaciones, momentos o escenas del pasado. Cada nota, cada aroma, cada acuerdo olfatorio, dispara los abanicos de mi corazón y de mi memoria evocado épocas vividas; hay veces que pienso que imagino todas esas experiencias que relato en mis viajes olfativos y que dudo de mi propia capacidad de recordar. Hay sensaciones que tal vez sean nuevas o inventadas o, es posible, que hayan estado guardadas bajo capas de momentos y por ende, se han ido traspapelado en los avatares del día a día guardándose bajo montañas de responsabilidades o bien, son experiencias que están por vivirse y solo me adelanto a ellas.

Guerlain pertenece a “las cuevas de Alí Baba” de la perfumería, sus boutiques o puntos de encuentro son la quintaesencia del lujo y el barroquismo elegante. Miles de pequeños y brillantes frasquitos acomodados sobre una gran lámpara de lágrimas que disparan trazos de luz tenue en la delicada atmósfera que rodea a la Maïson. Allí todo es belleza, todo es fragancia…allí todo es perfecto.

Ya he hablado sobre un Guerlain que amo, Shalimar y pronto escribiré algunas impresiones acerca de Coriolan y Habit Rouge; hoy quiero comentar acerca de dos descubrimientos maravillosos: L´heure blue y Mitsuoko.

Imagen extraída de: guerlain.com
Estas icónicas fragancias son, tal vez, dos de los perfumes sobre los que más se ha escrito y también, de los que más se ha debatido acerca de sus múltiples reformulaciones y de los acuerdos olfatorios que sustentan en la actualidad. Debo mencionar que las fórmulas que probé en  L´heure  corresponden a las que actualmente se encuentran en venta y por ende, mi juicio se basa en la belleza que sustenta hoy; en el caso de Mitsouko tuve acceso a una versión de 1992 de Eau de parfum, desconozco la estructura actual.

En esta oportunidad he decido agregar una nueva característica a mis comentarios sobre los perfumes y están orientadas a un resumen de las sensaciones que estos me han causado al momento de portarlos. Estoy claro en que esta materia corresponde a la subjetividad basada en la impresión personal, sin embargo, la idea del blog es relacionar perfumes con historias y sentimientos, por ende, a partir de hoy, será parte de la información básica que se encuentra al inicio de cada reseña.


L´ heure Blueu:

Año de lanzamiento: 1912.
Creador: Jacques Guerlain.
Estado: reformulado en múltiples oportunidades. Desconozco las adaptaciones a las que se ha visto sometida su fórmula pero encuentro lógico que un perfume de 103 años haya sido adaptado más de una vez. La versión que reseño data de 2013.
Principales notas (o a que huele en mi): salida cítrica, fría y vegetal, aldehídos suaves, rosa atalcada, iris, lila y polvo de violetas, matizados por polvo verde de vetiver. Luego vainilla balsámica, algo de benjuí y maderas picantes.
Usos: Cuando se quiera sentir especial, elegante y un tanto introvertido. Es un perfume de tarde, de épocas templadas o fríos y momentos para estar con uno mismo.
Duración y estela: en mi piel todas las versiones duraron aproximadamente seis horas. La estela del extracto y del eau de parfum son poderosas la primera hora; el eau de toilette es mucho más suave y menos longeva pero a su vez,  es más luminosa y posee sus notas más aireadas.
Sensaciones que  me provoca: soledad, melancolía y recuerdos de épocas pasadas. Ganas de estar conmigo mismo, disfrutar en silencio y pensar en la vida o en cosas que me hacen feliz.

L´heure Blueu es una creación de Jacques Guerlain que responde al concepto de la puesta sol o mejor dicho, la hora en que el sol se ha puesto y que aún no se produce la noche, durante la estación estival. Por más romántico que esto parezca, los acuerdos del perfume denotan tristeza y lejanía, con un dejo de humedad y melancolía que es imposible de negar. L´huere es introvertido y hermoso, queda en la piel como un fino polvo azul de iris con caricias suaves de vainilla, como si fuese un beso de despedida dado por alguien que nos ama.

Las primeras notas de esta fragancia se estructuran en torno a un acuerdo ligeramente cítrico con notas  de anís, aunque no es el anís juguetonamente alcohólico de Lolita Lempicka o los trazos picantes del de Mitsouko, sino más bien un punto vegetal verde cercano a la planta de hinojo que, rápidamente, son rebajados por la adición de un poderoso nardo, algo de jazmín láctico y un clavel maduro y dulzón (casi pasado), matizado por un punto picante y astringente similar al clavo de olor. En esta etapa surgen algunos puntos aldehídicos polvosos que me recuerdan a algunas facetas de Chanel nº 5 que, sin ser muy potentes, le otorgan un punto a talco o a jabón clásico (tal vez, la adición de algún compuesto químico que desconozco). Luego iris, polvo de violetas, lilas y flores húmedas que se mezclan con la profundidad de una rosa aterciopelada y antigua, con superposiciones de vetiver igual de polvoso pero con puntos verdes y vegetales; posteriormente efluvios de ámbar y adición de un azahar algo plástico y medianamente fresco.

Al final de su evolución aromática, vainilla oscura y balsámica,  algo de benjuí y maderas dulces con trazos de iris y polvo de violetas que se mantienen a lo largo de toda su estructura.

Muchas veces nuestra mente funciona relacionando cosas y dándoles valor en función a los sentimientos o emociones que despiertan en nosotros; los perfumes responden a ese nivel cognitivo. Cuando olemos accionamos nuestros sentidos y por ende, los aprendizajes, en concordancia a lo que los aromas representan para nosotros;  por ello los perfumes de nuestras madres, abuelas o algún otro ser querido hacen estallar en nuestro ideario sensaciones de bienestar y, por otro lado, la fragancia de alguien desagradable o de situaciones que han sido potencialmente nocivas, nos producen reacciones negativas. Asociamos el perfume a la situación y a la persona.

L´huere puede responder a esta experimentación ya que debo confesar que lo destapé y lo amé en ese instante, puse un par de gotas en mi muñeca y lo adore más. Es imposible no caer bajo su hechizo impresionista que me hizo recordar tiempos de infancia, ninguno en particular, solo que vestido con su aroma quise o mejor dicho, necesité pensar en épocas donde yo era más simple, hermoso e impresionable.

Esta fragancia ha sido categorizada como una obra de arte, compleja y sutil y es que,  cada vez que se huele, se descubren nuevos trazos aromáticos que se habían pasado por alto en la vez anterior.  La magnífica estructura aromática de este Guerlain ha sido catalogada como un perfume impresionista, sublime y complejo; estoy de acuerdo con ello puesto que es imposible identificar las notas por separado, ya que responde a un conjunto armónico que se superpone en relación a instancias olfativas más que a acuerdos o a momentos y, para verlo en su grandeza, hay que admirarlo desde la distancia, hacerse parte de el y ser un testigo de cómo nuestra piel lo cambia. Tuve la posibilidad de probarlo en cinco oportunidades, dos de ellas en versión eau de parfum, tres en eau de toilette y una en extracto de parfum y debo señalar que lo que pueda decir no será ni la sombra de lo que este perfume es, es cierto que puede oler un poco antiguo pero es verdad también, que su belleza inherente representa lo mejor de la estética, la fineza y el lujo de la época en la que fue concebido. Ahí radica su magia atemporal.á ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽punto a talco o javtantas, lilasfacetas de Chanel nº 5 que, sin ser muy potentes, le otorgan un punto a talco o javtan


Mitsouko:

Año de lanzamiento: 1919.
Nariz: Jacques Guerlain.
Estado: Reformulado. He tenido la posibilidad de probar Mitsuoko en eau de parfum de 1992.
Principales notas (o a que huele en mi): duraznos maduros con crema quizás debido al jazmín, anís y un punto de bergamota ácida. Luego musgo de roble, canela, ámbar y una rosa tímidamente especiada. Es posible que la versión posea alquitrán de abedul, una sustancia que ha sido desterrada de los perfumes en la actualidad, debido a que posee un punto ahumado y profundo que también he sentido en mi Shalimar que data más o menos de la misma época.
Usos: nocturnos, invernales y sofisticados. Mitsuoko no es una fragancia fácil de portar.
Duración y estela: moderada. A las cinco horas la sentía muy a ras de piel, la primera hora su proyección era poderosa.
Sensaciones que me provoca: caricias sensuales, una tarde hacia el final del verano. Voluptuosidad.


Uno de los primeros Chypre y el más antiguo del mundo aún en producción ha sido nombrado por Luca Turín como el mejor perfume jamás creado (monsiurguerlain.com) y mucho se ha hablado de el y de su historia relacionada con la literatura y el sexo; se ha dicho por ejemplo que es el aroma de la piel de una mujer, que su nombre se debe a la heroína japonesa de la novela de Claude Ferrére (La bataille) y que su denominación responde a la palabra misterio en el idioma nipón. Dejando esto atrás Mitsuoko sorprende por su belleza sutilmente animálica y su cadencia dulce, tan lejana al suave velo atalcadamente violeta de L´heure blue.

Perfumes como estos que han vivido tanta historia y han sido usados por tantos personajes ilustres que, a su vez, han construido mucha historia dentro de nuestra cultura, se configuran por si mismos como iconos olfatorios y por ende, se vuelve complejo escribir sobre ellos e intentar describirlos.  Qué más se puede decir, que no se haya dicho ya sobre Chanel nº5, Opium o Poison, hay innumerables blog y tinta digital sobre ellos y de sus construcciones aromáticas y, tal vez, estas sean más palabras sobre un perfume tan reconocido como lo es Mitsuoko, sin embargo, persigo ejemplificar mi experiencia con el, confío en que llegue a traspasar la subjetividad y se instale como una idea en el imaginario personal de lo que una fragancia es o podría parecer.

¿Qué sorprende de Mitsouko?, lo fresca y ligera que se configura en su salida. Acuerdos  herbales ligeramente anisados, un poco de durazno maduro dulce que, mezclado con la nota anterior, da la sensación de un licor fresco. Es necesario señalar que la nota frutal de la salida no se acerca a lo gourmand o por lo menos no desde la perspectiva moderna,  sino más bien a la sensación de una fruta natural, casi demasiado madura, fragante y llena de jugos que ha sido cubierta con un suave velo de crema logrado gracias al acuerdo láctico del absoluto de jazmín que rebaja la nota de “madurez” del durazno dándole un punto indólico y picante (casi animal). Luego musgo de roble, trazos de picante canela amaderada y algunas especies que decantan en vainilla y un toque de rosa antigua que suaviza delicadamente el olor a bosque profundo tan característico del musgo.


En su secado, pasadas unas dos o tres horas, el aroma se asienta en la base de un clásico Guerlain: un poco dulce-avainillado, un poco amaderado, ligeramente especiado y con trazos de flores delicadas y clásicas. Después de las cuatro o cinco horas de aplicado, mi percepción se confunde, el aroma en mi piel podría ser Shalimar o L´huere o Mahema o alguna otra belleza de esta casa.

lunes, 8 de junio de 2015

Clásico de la semana: Shalimar, la quinta esencia del lujo discreto. Revisión de la versión vintage.



Año de lanzamiento: 1925
Perfumista: Jacques Guerlain
Principales notas (o que huele en mi): bergomota verde y con ligeros trazos de madera (o leña más bien) luego iris y humo de incienso  con un toque de alquitrán y el aire de civeta (orines de gato), mucho más potente en  la versión aeu de parfum, dulcificados por la vainilla que se transforma un licor de tonka...con reminiscencias al ámbar.
Estado: En casi 100 años...debe haber sufrido más de un ajuste a su fórmula. No conosco la versión actual. 
Usos: a pesar que uno se puede imaginar que es un perfume denso y exclusivo, no lo es...Shalimar es dúctil y adaptable y pasada la nota de civeta y alquitrán, es muy suave en el piel. Absolutamente unisex.


Shalimar debe ser uno de los perfumes de los que más se ha escrito en los blog y revisiones de fragancias; es, junto con Chanel n 5 y Opium, de los ejemplos icónicos de la perfumería mundial y dicho sea de paso una referencia obligada de cualquier coleccionista o persona amante de los aromas. Shalimar es parte de nuestra herencia cultural y nuestro legado olfatorio.


Siempre que imaginaba en este oriental, me imaginaba pesados y narcóticos inciensos, cubiertos de miel de especies y flores avainilladas y tropicales...en mi mente Shalimar olía como a Opium con Poison y algo más, probablemente humo de opalescentes inciensos. No había tenido la posibilidad de sentirlo ya que Guerlain no es una marca común en Chile.

De vacaciones por ahí, mirando en cada escaparate de cada perfumeria que veía (creo que es la conducta común de todo adicto a los perfumes), encontré dos versiones de Shalimar, cuyas cajas me parecían demasiado a los 90. Una fragancia de caja dorada con cuadros negros y sin código de barras a la vista. Entré y consulte el precio: 40 dólares los 60 ml!, una ganga por un perfume que en mi país no es fácil de encontrar, salvo en lugares muy selectos y, generalmente, por sobre los 100 dólares.


Lo compré solo por el hecho de ser este perfume mítico; lo revisé y sorpresa, su data de fabricación es de 1993. Es probable que si fue hecho en los años 20, las versiones que poseo hayan sufrido algún ajuste en su fórmula original,  es impensable que en 70 años un perfume no haya tenido un cambio, sin embargo, en los noventa aún no exista el impulso maniático de abaratar costos o el temor por los alergenos, tan común hoy en día. 

Mis versiones poseen una fuerte nota de civeta que les dan un toque sucio y animalico; el aspecto de cortesana de un harém, que el perfume quería recrear y  que hoy nos parece un guiño inocente y profundamente clásico. Resumen de la historia: como buen coleccionista los adquirí y salí feliz con mi adquisición.


La partida es cítrica, pero muy ligera, con toques de colonia artesanal antigua, bergamota, mandarinas y una nota verde leñosa, el cedro, que las atraviesa bajándole enormemente la acidez relajada a las frutas otorgándole así, aspectos de petit grain con madera u hoja de naranjo; esa etapa dura solo unos quince minutos. Luego un toque de humo y un disparo de cuero: incienso e iris polvoso que me recordaron mucho algunas notas de Cuir de Lancome y en cierto punto a Dior Homme; esta etapa es pesada, intrusiva y muy masculina pero baja a las dos horas de aplicado dando el paso a una vainilla dulce que, sin embargo, producto del humo y el cuero no se convierte en postre o confitura. En este punto la aparición de la tonka le otorga un carácter resinoso y ligeramente pegajoso.


La versión Eau de Parfum y Eau de Toilette dejan distintas combinaciones aromáticas en mi piel; mientras la EDT es mas cargada a la vainilla y al incienso, la EDP es mas cuero ahumado dulce.


En la EDT destaca: salida cítrica, incienso ahumado, cuero y mucha vainilla.

En la EDP destaca: salida cítrica cuero dulce y un poco sucio, mezclado con trazos de alquitrán, con un guiño muy ligero a Fahrenheit de Dior, y luego un halo verde que se mezcla con incienso y finalmente vainilla y tonka.

En ambos casos, su duración es muy similar (5 horas como máximo) y estela moderada. Habría que revisar las versiones actuales con más atención y así, compararlas.

Un perfume clásico, atemporal y potente, aunque suave a la vez. Es muy ambiguo este Shalimar, puesto  que posee mucho más cuero de lo que me hubiese imaginado, logra  ser fuerte y delicado, caliente y sombrío, dulce y picante, masculino y femenino y por sobre todo, luminoso y oscuro a la vez. Shalimar posee cuerpo, corazón y alma.


Puede no gustar, puede parecer antiguo pero no se puede negar que emociona, ya que es de aquellos aromas que cuentan una historia mientras viven en nuestra piel.