martes, 2 de junio de 2015

Cacharel: los recuerdos más luminosos de la memoria...o un viaje porlos abanicos del corazón.


Revisión de los perfumes emblemáticos de la marca y su comparación entre fórmulas vintage y las actuales.

Por un viaje hacia el pasado, al cual asistí este fin de semana, he estado revisando algunos perfumes que me han tocado en algún momento de mi vida y que, producto de la vorágine del trabajo y las obligaciones que vienen de la mano de la independencia económica, olvide en algún lugar. Crecer duele, pero más duele recordar cosas hermosas que se tenían olvidadas o que se han perdido y, como la vida se auto equilibra, el corazón se llena de alegría al tenerlas nuevamente pero a la vez, lamenta haber desperdiciado tanto tiempo sin ellas...

Hay veces que me gustaría haber nacido antes y así, comenzar con mi colección hace muchos años, cuando aún se encontraban joyas olfativas sin reformular...pero como dice mi madre: no hay que llorar sobre la leche derramada, porque no hay otra solución que limpiar la mancha.

Cacharel es una de las marcas de perfumes que tenía olvidada y que, al igual que muchas otras, forma parte del bagaje perfumístico de todo coleccionista que se aprecie de tal. Esta casa de modas francesa, posee varias joyas aromáticas y una colección variopinta de fragancias que una que otra polémica han generado.

La casa posee una virtud que la hacen merecedora de un lugar importante en el mundo de la perfumería  y es que, todas sus fragancias, por lo menos hasta Amor amor, han buscado trascender en sus familias olfativas y crear aromas novedosos y de vanguardia que no siempre son del gusto del gran público. Podemos dividir la historia aromática de Cacharel en dos periodos: desde sus inicios con Anaïs anaïs hasta los primeros años del 2000 con Nemo, Gloria o Liberté (estos últimos descontinuados y, lamentablemente, nunca los pude conocer) y una segunda,  caracterisada por una serie de frescos aromas ni muy dulces, ni muy ácidos, ni muy florales, ni muy frutales, ni muy… etc, etc, etc...me refiero a los mil y un flankers de Amor amor y Noa, a Promese y a Scarlet que huelen bien, pero nada más. De esta época dejare fuera a Catch me! puesto que, desde mi perspectiva, es una reinterpretación contemporánea y muy bien lograda del embriagante y barroco Lou Lou.

En base a este hilo conductor revisaré las fragancias más emblemáticas de la marca, según mi opinión, y haré, dentro de lo posible, una comparación de los actuales aromas disponibles con sus fórmulas originales. Este análisis está basado solo en la impresión personal y en la coyuntura que me ha dado la suerte de haber estado rodeado de perfumes desde muy pequeño por ende, carece de asidero científico y se sustenta en los abanicos del corazón.

Anaïs Anaïs de 1978 es  polvoso y ligeramente áspero que se convirtió en el primer perfume de la marca. Su salida es fresca y profundamente floral aunque seca y verde. Madreselvas, azahar, lavandas, jacintos, azucenas, muguete, jazmín, lirios e ylang-ylang construyen un acuerdo similar a un ramo de flores frescas y muy naturales que han sido recién cortadas, como si aún exudaran la sabia vegetal de sus tallos. Al final, como a las tres horas de aplicado, la fragancia muta a un base cálida con dejos de miel de flores y un tono húmedo característico del musgo de roble. Por este motivo más que floral, este perfume siempre me ha parecido un Chipre-floral.

En la actualidad se encuentra reformulado y solo puede encontrarse Anaïs anaïs l´original de 2014, una fragancia que logra un símil con su par vintage, sin embargo, es menos áspera pero mucho más fresca y floral y a su vez, logra el efecto de mujer diáfana, un poco angelical y fresca,  que siempre me ha parecido que la publicidad persigue.

Nota: si le gustan los tradicionales Cacharel busque aquellos cuyo logo esta encerrado en un cartucho de seguro pertenecen a la fórmula original. La marca cambió su presentación en 2012.

Cacharel por homme de 1981. Mi relación con esta fragancia se remonta a 1997, conocí a un chico que lo usaba como su marca personal y siempre me parecía que olía muy bien, aunque para él la fragancia le resultaba demasiada adulta; algo similar a lo que pasaba conmigo cuando, a los 19 años, me dio por usar Jazz en su versión original.

Cacharel pour homme sin lugar a dudas es un clásico de la perfumería masculina, a medio camino entre Chanel Egöist y Eau Savage de Dior. Es ligeramente cítrica, pero no a limones sino más bien a hierbas de jardín y profundamente especiada-picante y maderosa con un remate áspero  de conífera, tan propio de una colonia masculina de los años 80.

Nota: olí esta fragancia hace dos días atrás, es probable que haya sido reformulada puesto que, hoy es mucho menos potente y más aguada de lo que recuerdo. Posee una salida cítrica y un fondo madera-especie, como a perfume antiguo de caballero.

Lou Lou de 1987. Una palabra describe este maravilloso perfume: intenso. Lou lou es una mezcla embriagantemente intensa  de flores, frutas y especias; mi nariz se apabulló de aromas. Es una canasta de berries, un ramo de flores y un postre ácido y dulce a la vez; como un jugo de ciruelas cocidas en agua, perfumadas con vainilla sobre una estufa donde se están quemando maderas.

Femenino, coqueto, sexy, luminoso, un poco erótico, pero a la vez inocente, jovial y oscuro. No puedo comentar de sus notas por que es una bomba que aturde los sentidos...

La versión actual es deliciosa, pero la original lo era mucho más. Aún así, hoy es mas llevadero y dúctil.

Nota: Recomiendo probarlo un día antes de comprarlo, para ver si gusta su evolución. Lo considero un aroma demasiado bello para odiarlo. Es mejor decir, "no es para mi" y dejarlo volar.

Edén de 1994. Una flora alienígena plástica, sintética y aturdidora. Llena de elementos disonantes que hieren los sentidos y agotan la nariz pero, me encanta.

Es tan extrañamente dulce con su salida de frutas ultra maduras que explotan en jugos casi avinagrados y sus flores polvosas que, es necesario escapar de el o usarlo en espacios abiertos.

Lamentablemente la versión actual bajo la nota plástica de naranjas y duraznos pasados que le era característica y que, se sentía en el traspaso entre las notas de salida y las notas medias; hoy esta más amansada y en mi piel, adquiere un dejo de goma de borrar que resulta ser muy interesante.

Pasado los primeros 45 minutos de esta explosión de notas, el perfume se acomoda en un pachulí amelocotonado bastante cómodo, potente y fácil de llevar.


Nota: Lo volví a comprar hace poco, lo use el fin de semana…y aún, es un perfume maravilloso.  Si alguien no le gustaba en los noventa, recomiendo probar esta nueva versión.

Eau d' edén de 1996. Los perfumes maravillosos suelen quedar en nuestra memoria. Una fragancia bellísima, joven, fresca, energética, ligeramente acida, floral y dulce. Destacaban en ella las frutas de agua, nectarinas, duraznos y unos dejos de melón y luego las  flores frescas, Jacinto, iris y rosas que remataban en un almizcle blanco muy suave y diáfano.

La uso mi madre durante dos años. Podría reconocer ese aroma magnifico y potente donde sea por eso, maravillado, descubrí su símil: Eau pure de Biotherm.
Descontinuada.

Noa de 1998. Un perfume limpio, delicado pero persistente. Si usáramos la sinestesia Noa olería a blanco caracterizado  por  un almizcle suave y notas florales frescas que lo hacen relajado y adaptable a cualquier clima. Es potente pero no demasiado, para ser intrusivo.

Noa es de uno los perfumes que siempre necesito tener cerca, me relaja y logra cambiar mi humor, para mi es más feliz que Happy y mucho más chispeante que Be delicious.
Su salida es floral, fresca y ligeramente acida, un toque de peonía polvosa y Fresia fresca que se van mezclando con el aroma del almizcle blanco y el café…pasado unos minutos, Noa se vuelve dulce y áspero.

Nemo de 2000. Amaderado y especiado, con un corazón floral cálido y unas notas de salida que le dan un aspecto de canela, puede darse debido a la combinación de pimienta y cardomomo. 

Descontinuada, algo similar disponible hoy: Jungle homme de Kenzo…nos puede dar una idea como olía.

Amor amor de 2003. Esta fragancia es  como un cuero fragante y algo jabonoso, un poco químico, cítrico y dulce a la vez...es raro. Me gusta.

No puedo reconocer ninguna nota en particular puesto que, es un poco dulce, un poco cítrico, un poco maderas, un poco frutal y un poco floral...y un poco femenino. Cuando deje secar un par de gotas me dije: femenino????... una salida floral ligeramente cítrica y luego ambar, almizcle y haba tonka, son las notas que más destacaron en mi piel; masculino perfectamente dulce y lo mejor, potente y para nada tímido.

Amor Amor no es un amor delicado o sensual. No sé que tipo de amor es, pero te golpea con fuerza; aunque debo confesar que dicho golpe, que viene con la potencia de una ola, se deshace en la arena sin alterar mucho el espíritu.

Un perfume delicioso, pero se queda ahí. Solo en la delicia, no arroba, no embarga, ni mucho menos emociona. Insisto es medio en todo...

Nota: Perfectamente usable en cualquier ocasión, aunque no en épocas muy cálidas, por su notas de fondo, que podrían ahogar. Según mi neófita opinión, es unisex. De hecho me haré de una botella muy pronto.

Catch me de 2012. Una fragancia con una fijación muy buena y una estela suave, pero persistente. Hace un tiempo adquirí una cofre de miniaturas Cacharel; puesto que, deseaba un par de perfumes de esta marca para mi colección y no me animaba a gastar dinero en frascos grandes y costosos; en esta caja venía esta fragancia y oh sorpresa!, pasado unos minutos de secado es Lou Lou, un versión más simple moderna y cítrica pero es Lou Lou, con su misma carga floral, ligeramente oriental y amaderada. Floral, cítrica, frutal, dulce y madera con un dejo especiado oriental. Por si solo es un perfume muy bueno pero, al recordarme tanto a su hermana mayor, no me deja de parecer una copia segura y poco arriesgada de la marca…aún así, hay que darle una oportunidad.


Nota: la botella es realmente bella, como todas las de Cacharel.


La marca encerrada en cartucho, propio de los perfumes sin reformular.
Esta es la nueva marca de la casa.


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